Las mejillas rosadas generalmente se consideran sinónimo de buena salud. El rostro pálido, sin embargo, es un signo de enfermedad. Las ojeras, una señal de
cansancio o falta de sueño. Las caras de las personas no son sólo su carta de
presentación, sino que también dicen mucho sobre ellas, incluso si su organismo está funcionando con
normalidad. Por esta razón, existe una técnica que permite determinar si
alguien está sano o enfermo solamente con observar su rostro.
El diagnóstico facial es una práctica que nació hace miles de años.
Álvaro Matiz, un especialista en lectura del rostro, cuenta que alrededor de
4.000 años antes de Cristo en China muchos expertos en el arte del Siang Mien
(lectura del rostro) utilizaban sus conocimientos sobre ciertos rasgos faciales
para determinar el carácter de las personas, y también para saber qué
enfermedades padecían y su predisposición hacia ciertos males.
Posteriormente, cerca del año 2000 a.C., en Grecia también había quienes
a través de la observación atenta del rostro podían determinar si una persona
tenía alguna enfermedad y dolencia, y les indicaban tratamientos, medicinas u
otros métodos para que pudieran recuperarse.
La idea principal en la que se basa el diagnóstico facial es que todo lo
que ocurre en el interior del cuerpo se refleja en el exterior. Es el análisis
detallado de la relación que tiene la salud de determinados órganos, con
ciertos rasgos o señas en el rostro de las personas.
Cómo se realiza
En esta técnica se aplica en una sola sesión que se
extiende por aproximadamente dos horas. Lo ideal es que el interesado llegue a
primera hora de la mañana, ya que es en ese momento cuando el rostro muestra en
toda su dimensión los rasgos de quien consulta.
Una vez frente al lector del rostro, la persona explica qué es lo que
necesita. Luego se da
comienzo a la observación detenida del rostro, la cual tiene una duración de
unos 30 minutos, para después hacer el análisis.
Se le cuenta a la persona lo que se vio en su rostro. Ella puede hacer
preguntas, pedir aclaraciones sobre ciertas cosas y se le hacen algunas
recomendaciones.
- Nariz.
Es la primera parte del rostro que se observa. Si es grande,
más bien bulbosa, no tan simétrica ni armónica, indica que la persona tiene un
ego bastante grande, que quiere tener siempre la razón, etc. Pero además que
le gusta mucho la buena mesa y, por tanto, puede también sufrir de problemas
digestivos.
- Líneas nasolabiales.
Son aquellas que nacen en la base de la nariz y
van hacia los labios.
Hablan sobre la salud de dos órganos
muy importantes: el estómago (a la izquierda) y el hígado (a la derecha). Cuando estas líneas están muy marcadas o es más evidente la de un lado que la
del otro, nos hablan por ejemplo que alguno de estos órganos o los dos están
funcionando en exceso, que la persona no tiene buena digestión, que la persona
es muy nerviosa y acumula toda la tensión en el estómago, etc.
- Líneas en la base del puente nasal a la altura de los ojos.
Hay
personas que tienen líneas horizontales en esa zona, las cuales hablan de
problemas de espalda; una hernia, lesiones, etc. Y no solamente por temas
físicos, sino también por cargas emocionales.
- Ojos.
Entregan mucha información, como por ejemplo cómo la persona ve
la vida. Cuando los ojos son muy cercanos, básicamente nos hablan de que es
una persona un poco terca, que quiere que sus ideas sean siempre las primeras,
que incluso pueden caer un poco en el fanatismo, tienen las ideas muy claras y
tratan de convencer a los demás. En el caso contrario, las personas que tienen
los ojos más separados, nos dicen que su actitud es más relajada, más
tranquila, pero también son personas que pueden tender a la depresión, quienes tienen los ojos más juntos suelen tener
problemas de presión arterial alta, de estómago y circulatorios o cardíacos.
- Piel.
Muestra muchísimas cosas de una persona, en especial todo lo que
se relaciona con el sistema excretor. Las personas mayores que en la zona de
la frente tienen manchas, eso nos habla de la salud del hígado, que la persona
tiene sobrecargado el hígado y que no está eliminando correctamente las
toxinas. Otro signo es el acné que se presentan en quienes
ya pasaron la juventud. Eso nos habla que hay un problema a nivel de toxinas
en el cuerpo que no se eliminaron correctamente.
Lectura del rostro
Las marcas en el rostro son el reflejo de la salud, así lo dicta la
medicina tradicional china y la ancestral técnica hindú Ayurvédica (“ciencia de
la vida”). Mismas que han desarrollado, a lo largo de los siglos, un método
preciso de diagnóstico a partir de los signos externos y de las marcas que
aparecen en la cara como señal para detectar posibles enfermedades.
Una de las principales enfermedades que, actualmente, atacan la salud de
miles de personas es el estrés. Y, es también, una de las principales causas
que produce más daños en la cara, toda vez que genera un desequilibrio corporal
tan fuerte que, irremediablemente, acelera el proceso de envejecimiento, ya
que, entre sus síntomas, se encuentra la disminución en el flujo sanguíneo, lo
cual mina la apariencia de la piel, palideciéndola, modificando su brillo y
pigmentación.
Esto debido a que, las células cutáneas dejan de recibir los nutrientes
suficientes y por ejemplo, están más expuestas a recibir infecciones, debido a
la falta de queratinas, que actúan como mecanismo de defensa natural,
alterando el sistema inmunológico y permitiendo la aparición de enfermedades en
el rostro como dermatitis, herpes o acné.
Igualmente, otra de las señales en la cara más frecuentes es la
pigmentación amarillenta. Esto, es señal de problemas hepáticos como hepatitis
o cirrosis, o, como síntoma de un alcoholismo desarrollado.
Cuando el rostro está pálido, puede ser por falta de hierro o por
insuficiencia en la producción de hemoglobina; además, puede ser señal de
anemia crónica. Una de las mejores maneras para solucionar este síntoma es
comer alimentos ricos en hierro, como: carne roja, vegetales de hoja verde
obscura. Mientras, si el problema estriba en la poca asimilación de hierro, se
recomienda ingerir vitamina C, la cual se obtiene de manera natural de los
cítricos, que por cierto si se beberán como jugo, éste debe de tomarse
inmediatamente después de exprimir la naranja,pomelo, limón o la que se
elija, ya que se dice que sólo así no pierde sus valores vitamínicos.
Un rostro reseco suele ser señal de la falta de vitaminas, sobre todo
del tipo A. Si además hay obesidad, cansancio, caída de cabello, estreñimiento
o ciclo irregular, en las mujeres, puede ser hipotiroidismo. O, en otro caso,
si la cara pica o está roja, podría ser síntoma de alguna alergia. Y, en este
último caso, es prueba de la falta de alimentos como: espinacas, zanahorias o
huevos, que ayudan a la salud del sistema inmune y las defensas, y se requiere
complementar con agua natural pues son señales claras de que se está
deshidratado.
Los ojos hinchados, pueden ser muestra de acumulación de líquidos, casi
siempre debido, a la inmovilidad nocturna. Pero, si esto ocurre de manera
constante, puede ser debido a una dieta fuerte en azúcares, grasas y sal; así
mismo, si los párpados presentan bolitas de grasa indican exceso de colesterol
en la sangre. Todo esto, forma parte de las señales del rostro que, comúnmente,
se esconden debajo de los maquillajes, los lentes oscuros o en la indiferencia
producto de la cotidianidad con que se presentan.
Otro síntoma para ponerle atención son las conocidas “patas de gallo”,
relacionadas comúnmente con la edad. Si éstas aparecen de manera más repentina
pueden ser señal de problemas de visión o un hígado débil.
Por su lado, los labios y la boca, como partes importantes del rostro,
también son espejo de nuestra salud. Si se amanece con la boca seca, la vesícula
puede ser que no funciona bien; si los labios se aprecian pálidos o azulados,
pueden originarse de problemas pulmonares, cardiacos o circulatorios, por lo
cual, se debe asistir al doctor de inmediato; y, si la lengua es blanquecina,
significa que se ha comido demasiado o que, en su caso, el intestino no está
limpio y que no trabaja de manera adecuada. Además, la ingesta excesiva de
antibióticos también la ensucian e inflaman, por cual, se recomienda purificar
el cuerpo tomando agua y jugos naturales y comiendo frutas. Todo esto, también
mejorará la apariencia de la cara.
Así mismo, la aparición de arrugas en la cara, a un lado de la nariz,
entre las cejas o en la barbilla, pueden ir desde problemas en el intestino y
la digestión, problemas hormonales o en el hígado.
Así, la cara es el espejo de lo que somos por dentro, de cómo llevamos
nuestra vida y nuestra alimentación. Y una recomendación indiscutible es la
limpieza de la misma, tanto en la mañana, como en la noche; la hidratación del
rostro tomando muchos líquidos y su nutrición tanto con los alimentos que se
ingesta, como con cremas nutritivas que ayuden a su equilibrio.
PIEL
•Amarilla.
El color amarillento es a veces síntoma de problemas
hepáticos o de un mal funcionamiento de la vesícula.
•Pálida.
Puede ser por falta de hierro. El cuerpo no tiene suficiente
hemoglobina. Si además existe cansancio, crecen las probabilidades de padecer
anemia. Lo mejor para solucionarlo es comer alimentos ricos en hierro: carne
roja, orejones, vegetales de hoja verde o alga espirulina. Si el problema es
que no se asimila el hierro, hay que consumir también vitamina C.
• Reseca.
Suele ser por falta de vitaminas, sobre todo del tipo A. Si
además hay aumento de peso, cansancio, caída de cabello, estreñimiento o ciclo
irregular, puede ser hipotiroidismo. Si por el contrario, pica y está roja,
podría ser síntoma de alguna alergia. Lo que hace falta en este caso es
vitamina A, presente en albaricoques, espinacas, zanahorias o huevos, para
hidratar, y acudir a un especialista.
OJOS
•Hinchados.
Delatan acumulación de líquidos, y se debe, sobre todo, a
la inmovilidad nocturna. Si ocurre a menudo, puede ser debido a una dieta
fuerte en azúcares, grasas y sal. Un drenaje linfático facial ayuda a
descongestionarlos. Párpados con bolitas de grasa.- Indican exceso de grasa en
la sangre (colesterol o triglicéridos). Hay que hacerse una analítica y tomar
pescado azul o semillas de lino ricos en Omega 3. •Amarillentos.- Puede ser
síntoma de estrés o de una dieta inadecuada. Si la tonalidad es intensa, hay
peligro de hepatitis, lo que impide que el hígado elimine la bilirrubina. Lo
más conveniente es acudir al médico y, si sólo es estrés, comer mejor y empezar
a relajarse.
BOCA
•Amarga.
La vesícula no funciona bien. Hay que eliminar las grasas y
llevar durante una semana una dieta sin carne a base de verdura, pescado
blanco, pasta y arroz para limpiarla. Labios pálidos o azulados.- Tenerlos más
pálidos de lo normal deriva de la falta de hierro; y con color azulado, de
problemas pulmonares, cardiacos o circulatorios. Pide cuanto antes consulta con
el médico.
•Labios agrietados.
Refleja carencia de vitaminas del grupo B, que se
encuentran en la levadura de cerveza, el germen de trigo y las algas. Cuida la
dieta.
•Lengua blanquecina.
Significa que se ha comido demasiado o que no se
ha limpiado el intestino. Los antibióticos también la ensucian e inflaman. Dos
yogures diarios reequilibran la flora intestinal.
EL MAPA DE LAS ARRUGAS
•Surcos al lado de la nariz.
Delatan un mal cuidado del intestino, que
se carga de toxinas. Debes ingerir más fibra y agua para evitar el
estreñimiento y, de vez en cuando, hacer una limpieza del colon con aloe vera.
•Entre las cejas.- Pueden implicar problemas de hígado. Según los expertos, una
arruga vertical revela dolencias del hígado; y dos, de vesícula. Consume menos
grasas.
•Triángulo de la barbilla.
Las rojeces, los granitos o cualquier
alteración de la piel informan del sistema hormonal. Si es justo en el centro
de la barbilla, se relaciona con el útero; y si es en los lados, con los
ovarios. Es recomendable tomar germen de trigo, rico en vitamina E
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