En una tarde de Domingo, el cielo se cubría de vez en cuando de relámpagos y los niños miraban a través de la ventana con los ojos abiertos como platos... Al pequeño le daba miedo de ellos e iba corriendo a refugiarse con su madre... Mientras tanto los otros dos empezaban a contarlos, distraídos y divertidos por las admirables ráfagas.
Para cuando empezaron los truenos el niño empezó a temblar y le preguntaba a su madre muy asustado qué era lo que ocurría. La madre le contestó:
-Cariño, los Ángeles están jugando ahí arriba en el cielo con las luces, ¿ves?, otra vez las han encendido.
-Pero mami, ¿por qué ese ruido después?
-Pues porque Dios se enfada con ellos, escucha...
-Pero, mami, ¿por qué está lloviendo?
-Porque los Ángeles se han asustado después de haberlos regañado Dios y ahora están llorando.
El niño empezó a dejar de temblar conforme la madre le iba hablando, contándole esa pequeña mentira. Miraba, absorto en sus pensamientos de un niño pequeño, con la boca abierta tras la ventana, al ratito hubo otro relámpago y el niño ya más tranquilo y sonriente les comentaba a sus hermanos y madre:
-Mirad los Ángeles no dejan de jugar con las luces, como se entere Dios les va a regañar y se va a escuchar el ruido grande...
...Desde entoces, al pequeño no le dan miedo las tormentas y cuando las hay,sonriendo me dice:
-Mami, ya están otra vez los Ángeles...
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