Luminescent (SC)

lunes, 24 de enero de 2011

...RECUERDOS...

     
         Ha pasado el tiempo... Será el dolor que me heló por dentro, quiero despertar, porque no puede ser verdad... esta mala hora.


Aún habiendo pasado ya unos cuantos años, revive un año tras otro los últimos días que pasó con él.
Volver a recordar con tanta pena, con tanta añoranza, con tanto dolor su ausencia... Sentirle, a veces tan cerca, encontrándose tan lejos.


         Iba en el coche la mañana del 24 de Enero para ir al trabajo. Observaba los árboles, la tierra, el sol que la acompañaban durante el trayecto. Ella observaba pero era igual a como si no mirara nada...
Aquel día se sentía extraña, después de cortar el movil tras hablar con su madre se le quedó mal cuerpo.
Preguntó la hora, las 8:45 am, contestó una de las compañeras. En ese momento, al escuchar la hora, miró  por la ventanilla, algo se movió en su interior.

...No llevaba ni 15 minutos trabajando cuando le sonó el movil. Se extrañó, era su madre otra vez, no hacía ni una hora que acababa de hablar con ella...
Contestó a la llamada de su madre temblando. Tan solo le dijo:
- Hija, a ver quien puede llevarte a tu casa. Se nos ha ido hija, papá se nos ha ido...
Un grito estruendoso salió de su garganta haciendo estremecer a todos los que allí estaban. Extrañados  por la situación pararon las máquinas y todo. Quedaron paralizados al escuchar sus gritos, se dirigían hacia ella preguntándole (temerosos de la contestación, pues no eran tan solo compañeros de trabajo, eran amigos e imaginaban lo que le sucedía). Estaba hincada en el suelo de rodillas gritando a Dios por qué!!! Aunque en su interior gritaba: Gracias Dios por no hacerle sufrir. Este contraste hizo que entrara en shock y aunque los compañeros intentaban levantarla no podían con ella.
Entre tres la cogieron y pudieron tras dejarla que se desahogara, meterla en el coche para llevarla a su casa.
         

          ...Durante el trayecto al hospital de Jaén que es donde se encontraba su padre y demás familia, iba recordando los dias anteriores.
Las veces que había hecho ese camino la semana anterior para ir a visitarlo donde estaba ingresado.
Recordaba cómo le regañó por echarle sal a la comida, no podía abusar de ella, pero él la llevaba camuflada en un botecito de sacarina. Parecía un niño haciendo travesuras, con lo enfermo que estaba...
Cuando le regañó por cruzar las piernas. Tenía la pierna izquierda hinchada y al cruzar la derecha no le hacía bien. Al escucharla la quitaba pero al momento se le olvidaba y volvía a cruzarlas.
Esa mirada perdida que donde miraba solo veia el. No olvidará jamás como se quedaba ensimismado mirando la luz que tenía enfrente suyo de estas de emergencia y no hacer caso o no escuchar cuando le hablaba su mujer.Recordar como dos días antes cuando fué a visitarlo, el se daba cuenta que no se sentía bien su hija porque estaba muy cansada, pero aunque no se hablaran se entendían, porque la conexión que tenían era mas que fuerte.
.... Recordar como las "vocecitas interiores" que siempre había escuchado desde niña le dijeron al marchar, despídete de el, dile adios..... y ella pensar, que tontería, mañana o pasado cuando vuelva se lo digo...... se lo repitieron tres veces y no escuchó.... ¡No escuchó!..... Ya no lo volvió a ver con vida mas......
Aún le parecía increíble, no daba crédito a la situación. No podía ser posible... SU PADRE...



          Solo hacia tres meses que conocieron la mala noticia. Tres meses de lucha diaria.
Negociando con el tiempo, dias de negación total, no creer que "su padre" tuviera esa nefasta enfermedad. Dias positivos en los que todo parecía posible, creer en milagros al imaginar que se curaría.
Pasó mañanas enteras en ese pasillo de la sala de espera mientras esperaban ella y su madre a que le pusieran la quimio, viéndole y escuchándole con el buen humor que mostraba a todos los que estaban allí compartiendo con el la misma situación, en esa sala llena de sillones con esas bolsas negras inyectadas a sus brazos. Y estaba el allí, animando al resto estando tan acojonado como estaba, estando igual de enfermo que los que estaban en esa sala.
Veía como en tan poco tiempo empezó a valorar la vida, esa fuerza constante, no quejarse de los dolores después de las largas sesiones de quimio...
Verle jugar con los nietos como no lo había hecho antes, pobrecito... con lo enfermo que estaba... Esa ambulancia aparcada cada dos semanas en la puerta de casa...
Recordar todo ésto y mas, mientras iba a volver a verlo, pero, esta vez no podría regañarle, no podría quedarse mirándolo mientras hablaba o decía una de sus bromas al compañero o familiares de al lado. Ni tan siquiera tendría que coger el ascensor para subir a la 7ª planta... Esta vez tendría que bajar al sótano y buscarlo.


           Hace seis años ya de ésto, seis años de añoranza, de recuerdos... Seis años en los cuales ella y su familia aún le quieren allí donde se encuentre ahora...

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