Luminescent (SC)

lunes, 11 de julio de 2011

HUNDIRME

Me han puesto una situación un tanto difícil por experimentar. Soy consciente de ella.
Interiormente les llamo, les grito que vuelvan. Porque se que están bien, nada les sucede.
Y mi ego quiere jugar conmigo, desquiciarme, me lleva a pensamientos demasiado negativos...
Me derrumbo entre esas paredes forradas de marmol, ante ese agente de la ley, ante mí...
Al ver sus fotos el mundo se me viene abajo. No son míos, no me pertenecen, sin embargo,
el hecho de no saber donde están me desconcierta, me supera.
Aún sabiendo que están bien....

Entre esas paredes, dueña de un ataque de ansiedad, ruego.
Ruego a todos los que me acompañan para que me iluminen y los ilumine...
y me dicen que me tranquilice, que todo está  bien.

No me puede estar pasando ésto.... solo es un irreal, un sueño, una mala jugada.
Pero si que es, si que está pasando. No se donde se encuentran,
aunque sepa que están bien. Aun sabiendo que van a aparecer en nada...
Me vuelvo a derrumbar, hundiendome en la miseria de la tristeza.
... Veo luz, pero muy dispersa... mi ego no me deja verla con claridad.

Miro el teléfono una y otra vez esperando la llamada esperanzadora,
quiero escuchar el: ya están aquí.... y veo el teléfono y es como si viese
un trozo de madera en medio del océano, una mano amiga en los peores
momentos de tu vida. Pero no suena y miro a ver si funciona....
Una y otra vez, una y otra vez.... Dios!!!! te pido por mi vida, por favor,
que no les pase nada...
Y los vuelvo a llamar, los visualizo... pero no me quieren escuchar.
Me dicen que firme y puedo irme a mi casa....
¿Cómo? Me dices que me puedo ir a casa y todavía no sabemos nada?
Vuelvo a caer en el abismo de los malos pensamientos. 

Me salgo fuera y me vuelvo a derrumbar, me dejo caer sobre la pared
porque mi cuerpo no se puede sostener mientras fumo un cigarrillo,
mi cabeza trabaja mas rápido que nunca...
Seguimos luchando mi mente y mi no mente. Miles de pensamientos en milésimas
de segundos me torturan...

Vuelvo a rogarle a Dios que aparezcan, que me duele mucho esta situación
aún sabiendo que no pasa nada y cuando pienso realmente que no pasa nada,
cuando soy realmente consciente de lo que está sucediendo suena el teléfono......
Una voz esperanzadora me dice, entre lágrimas y gritando de alegría, tranquila,
ya están aquí.

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